La diferencia entre una Mujer ambiciosa, sin escrúpulos y una Mujer con Sabiduría
ATALIA[1]
“Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real” 2da Reyes 11:1
Ocozías fue Rey de Judá, reinó en Jerusalem un (1) año y fue muerto, el nombre de su madre fue Atalía, cuando ella se enteró de lo sucedido hizo matar a toda la descendencia real, a todos aquellos que podían continuar en el trono de Judá.
Pero una hermanastra del Rey Ocozías, Josaba, rescató a un hijo de este llamado Joás y lo ocultó de la malvada Atalia, abuela del niño.
Muertos todos los hijos del Rey, Atalía se proclamó reina de Judá.
Atalía era la verdadera personificación de toda la maldad. Durante su reinado aparecieron en Jerusalem, templos a Baal[2] en varios lugares.
Gobernó por seis (6) años Juda y al séptimo año, el sacerdote Joiada, que había preservado la vida de Joas, el hijo del Rey muerto y sucesor al trono, proclamó al niño como Rey y Atalia fue muerta.
ABIGAIL
“Aquel varón se llamaba Nabal y su mujer Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras, y era del linaje de Caleb” 1° Samuel 25:2-42
Nabal, era un hombre muy rico pero sumamente burdo, duro, de poco discernimiento y dado a toda clase de excesos.
Abigail, su esposa, era una mujer juiciosa, de buen parecer y con un recto sentido moral
La Biblia nos relata que David se hallaba con sus hombres en las montañas y envió a diez jóvenes a pedir alimentos adonde estaba Nadal, pero este no quiso darles, cuando los jóvenes se lo dijeron a David, este con parte de sus hombres iban a caer sobre la casa de Nadal y nadie quedaría vivo en ella.
Enterada Abigail de lo sucedido, intervino y dio órdenes de cargar varios asnos con panes, vino, ovejas, granos y frutas.
Los envió a David y ella misma siguió a sus siervos para asegurarse de ver aplacado el enojo de David.
El discurso de Abigail a David es un modelo de diplomacia pues consiguió lo que deseaba. Se echo a los pies de David, tan pronto como lo vio y disculpo la insensatez de su esposo con palabras elocuentes.
Luego pidió misericordia a David en nombre de Dios y al final le hace ver que cuando llegue el día que a David le sea reconocido sus derechos como Rey de Israel, él mismo estaría contento de no haber derramado sangre sin causa.
Esta actitud inteligente y prudente de esta mujer, aplacó la ira de David.
Así como parece no haber límites a la capacidad para el mal de una mujer como la malvada Atalía, no reconociendo lo que Dios había establecido.
También no existen límites a la capacidad de la prudencia, para la inteligencia de una mujer con entendimiento como Abigail, reconociendo lo que Dios había establecido.
Atalia, una mujer ambiciosa y malvada
Abigail, una mujer de recto sentido moral y prudente
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